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lunes, 20 de junio de 2011

¿Que es la hierba? (Fragmento de "Hojas de Hierba de Walt Whitman)

Un niño me preguntó: ¿Que es la hierba?, trayéndola a manos llenas,
¿Como podría contestarle? Yo tampoco lo sé.
Sospecho que es la bandera de mi carácter tejida con esperanzada tela verde.
O el pañuelo de Dios,
Una prenda fragante dejada caer a propósito,...
O sospecho que la hierba misma es un niño, el recién nacido de la tierra.
O un jeroglífico uniforme,
que significa: crezco por igual en las regiones vastas y en las estrechas,
crezco por igual enre los negros y los blancos,
Canadiense, piel roja, senador, inmigrante, a todos me entrego y a todos los recibo...
Te usaré con ternura hierba curva....y ahora eres el regazo de la madre...

domingo, 3 de abril de 2011

SU PRIMERA COMUNIÓN (Juanito Valderrama)

EL VESTIDO (María Jesús-Carixena)

EL VESTIDO


Yendo  a un colegio de monjas era lógico el ardor místico que nos entraba a todas las niñas a la hora de hacer la comunión, no entendíamos mucho la cuestión del cuerpo de Cristo, pero si lo decía el padre Celestino que nos daba el catecismo sospechábamos que debía de ser verdad y a ver quién se lo iba a discutir, así que estábamos más que preparadas para recibir nada menos que a Dios, y eso si que eran palabras mayores.
Después de la preparación espiritual: de rezos y más rezos y confesiones y penitencias aparte, estaba claro que nuestra alma resplandecía de pureza y estábamos dispuestas para la ocasión.
Solventada ya la cuestión espiritual, venían entonces los preparativos terrenales y no sabría decir en qué orden de importancia y que suponían el acicalamiento del cuerpo para tan memorable ocasión, metros y metros de organdí y puntillas; diademas y limosneras eran valoradas por el ojo crítico de mi madre y de mi tía, y ante decisión tan importante casi había cónclave de familia en la que tú,  la interesada no podías decir ni pio. Mas, metros de tul ´”ilusión”, que yo no sabía que era pero por lo visto era muuuuy importante y casi cuestión de estado que el tocado fuera de ese tul y no de otro. Mas las flores de la iglesia, la alfombra, el fotógrafo, los invitados, el ágape, y tu a todo esto en manos de una modista amenazante con la boca llena de alfileres y cara de pocos amigos mangoneándote de acá para allá.
Llegado el momento, y el día señalado, casi sin dormir por los puñeteros bigudíes, llena de nervios, de emoción y de tirabuzones, con mi maravilloso vestido blanco, nos dirigimos por fín a la iglesia todos emperifollados y con gran expectación por parte de los vecinos porque la niña comulgaba. Y el día pasó…pasó rápidamente, casi sin sentir, entre las visitas, los recordatorios,  el dinero en la limosnera…la muñeca vestida como yo y que aún conservo… todo acabó casi sin enterarme, demasiado deprisa. Al domingo siguiente, mi pretensión, fue vestirme otra vez y al no poder, recuerdo que agarré el berrinche de mi vida porque me pareció absurdo que todo aquello solo sirviera para un día
…No fue así, sin embargo, diecinueve años más tarde, el mismo traje sirvió para vestir las ilusiones de mi hija mayor. La niña, al verlo guardado envuelto en montones de papel de seda, decidió que fuera ese y no otro el que adornara ese día tan especial, solo cambió el tocado, porque entonces el “tul ilusión” carecía de importancia…
…Han pasado los años, el vestido permanecía dormido en su caja azul, rodeado otra vez de papeles blancos y suaves y otra niña abrió la tapa con la emoción contenida, con los ojos muy abiertos esperando descubrir el vestido y así mi nieta decidió de nuevo que ese y no otro sería el que engalanase su día, de nuevo solo cambió el tocado…
Y ahí está otra vez en su caja azul rodeado de sus envoltorios suaves esperando…..quien sabe… tal vez a otras manos infantiles que lo saquen de su nube de papel y que lo hagan vivir de nuevo,  por un día…

TRES NIÑAS Y UN SOLO VESTIDO (Piti, Susy,Vicky)



jueves, 24 de marzo de 2011

OJOS VERDES (Texto de John)

Hoy al oír  “Ojos verdes” de Doña Concha, de pronto se me vino el peso de toda mi vida encima y me desplomó.
Angustia en el pecho con la opresión implacable del pasado, lágrimas de piedra que hacen ruido al caer sobre un río ya seco, unos segundos sin respirar mientras la cara se siente como escayolada, y al final un sollozo que afortunadamente solo mi perro oyó.
La voz de mi padre cantándola al afeitarse con su cara enjabonada, Los hongos negros que invadían las fronteras de las pálidas losetas  del estrecho cuarto de baño. La piedra pómez para los callos de los pies que usaba mi madre. La loción Floyd , la olla de agua caliente, que presagiaba mi baño semanal, así como la intuición aceptada de que los Reyes vendrían pobres para traerme la bicicleta que soñaba.
 El año pasado encontré en la mesa del comedor un balón de fútbol y la camiseta del Athletic de Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, mil cachibaches con bolígrafos,
Libros, plumieres y todos los mensajes que mi padre dejaba en las tarjetas del Banco Hispano Americano de cariño, ánimo y esperanza para la bicicleta del año próximo, escritos con su lápiz mitad rojo mitad azul, de amor de postguerra , de la vita é bella, algunos respirando la frustración que sentía por la falta esa bicicleta que no pudo comprar..Se pasaba media noche escribiendo y dispersando los regalos para que llenaran toda la mesa.
¡Cuánto puede intuir un niño!.Los ojos de sus padres simulando ilusión cuando saben que los miras y tristeza al sentirse libres de miradas que temen sean de un lamento que lo comprende todo, como cuando el perro sabe mirar a su amo antes de morir.
 Creo que al intuirlo, supe fingir un enorme interés por mi camiseta, daba pataditas al balón y sugería que fuéramos al parque. Veía en sus ánimos  el alivio de haber pasado la prueba de aprobar esa asignatura que se tiene siempre con los hijos.
La bicicleta nunca llegó, pero yo me acuerdo que a esa edad soñaba que era capaz de volar. Era sencillo solo mover los brazos como las alas del águila y veia las copas de los árboles , las azoteas y el mundo girar. Por eso me identifiqué años después con Modugno y su Volare  e il celo pinto di blu.
 Pensé años después que la bicicleta ,después de todo, se hubiera quedado pequeña, oxidada,y un día abandonada. Pero el amor de los mensajes de mi padre la noche de Reyes, perduran para siempre. La mirada de mi madre sigue resplandeciendo. También se quedó pequeña la camiseta, además ya no soy del Athletic.
Pero sigo besando la foto de mis viejos. Hicieron mas de lo que pudieron con muy poco.
Cuando conseguí ser Profesor de Universidad en Florida, lloraban sin parar, pero de alegría. Me costaba un trabajo enorme que aceptaran mi ayuda, que con frecuencia tenía que hacer de tapadillo.
Cuando murieron, lloré como Totó en Cinema Paradiso, viendo los cortes de las películas que Alfredo recopiló con amor. ¡ Que baratos son los regalos que te hacen llorar ¡. Baratos porque no tienen precio ni están a la venta.
Ahora, como en Ojos Verdes, espero las noches de Mayo, pero me he propuesto no volverla a oír en bastante tiempo.



Conchita Piquer: "OJOS VERDES"

VOLEMOS DE NUEVO (Volare, Doménico Moduño)